11 de abril de 2014
Volvimos a visitar la mezquita pero a diferencia de otras veces ahora en el mes de abril el Patio de los Naranjos estaba bañado del aroma de azahar, olía, olía y olía a un aroma estupendo. Nos sentamos a respirar esa fragancia y a lo lejos entre naranjo y naranjo se veía una diminuta lluvia de pétalos que se desprendían y caían al suelo. Siempre es una satisfacción ir a la mezquita y más aún con cámara de fotos nueva.
La calleja de las Flores siempre está bonita, pero en el mes de abril y mayo está preciosa.
En la misma calleja de las Flores hay una tiende especializada en marroquinería que vende cosas muy buenas y bonitas eso sí, baratas casi que no. Aunque todo depende del color con el que se mire. Hay bolsos negros que no tienen precio...
Y seguramente vayamos otra y otra vez a la mezquita aunque Raquel ya la conoce perfectamente.