Catedral

Después de pasear por la plaza Santa María entramos a la catedral, la entrada cuesta 4 €, la audioguía estaba incluida por lo que la información sobre la catedral fue estupenda.

Al igual que pasara en la iglesia anterior, esta también estaba un poco patas arribas por la semana santa. Las imágenes estaban preparándose para desfilar en la procesión pero eso no quitó esplendor.

Parece ser que en este lugar hubo un templo romano pagano y luego cristiano. Sobre él, los musulmanes edificaron una mezquita que llegó a ser convertida en templo cristiano efímeramente en 1147 en tiempos de Alfonso VII, cuando Baeza fue conquistada hasta su pérdida poco después por el empuje almohade.

Ya en el siglo XIII, Baeza es reconquistada definitivamente por Fernando III (1227) y de nuevo reconvertida al culto cristiano. A lo largo del siglo XIII o comienzos del XIV se construyó sobre esta mezquita un templo de estilo alfonsí.

La catedral va a sufrir una radical transformación en el siglo XVI, convirtiéndose en una bella catedral renacentista.






Detalle de que los ángeles tienen sexo.
Púlpito plateresco.





Custodia en plata, finísima joya del arte barroco 1714.
Claustro







Para subir a la torre no se puede tener claustrofobia, la escalera es casi para subir una persona y tan estrella que subes y subes en círculo, no todo el camino pero sí que se hace un poco cansado  pero mirar desde allí los campos de olivos y la Plaza de Santa María merece la pena.



Una vez que vimos estas maravillas seguimos paseando pues ya se sabe que después de almorzar las fuerzas flaquean y lo que no viéramos ahora no lo veríamos hoy.