6 de agosto de 2011
Tras la fundación romana y la asimilación de la población autóctona vetona de la zona, no existen indicios claros de un asentamiento prerromano en el casco histórico, la ciudad pasaría al poder visigodo. Ávila caería, al igual que la mayor parte del territorio peninsular bajo dominio musulmán a comienzos del siglo VIII y no sería reconquistada de forma definitiva por las tropas cristianas hasta el siglo XI. Experimentaría su auge durante el siglo XVI, para verse posteriormente sumida en una prolongada crisis y declive hasta el siglo XIX, en el cual la construcción del ferrocarril consiguió dar un empuje al desarrollo económico.
Murallas de Ávila
La Muralla es un gran artefacto defensivo de los mejores de Europa. Desde hace 900 años rodea la ciudad antigua, y constituye uno de los emblemas de la ciudad y de sus habitantes.Es una de las señas de identidad de Ávila.
Catedral. ¿Qué hacen estos hombres en la puerta de la catedral?Ah, nos estaban esperando...
Iniciada en el siglo XII en un estilo románico tardío y ojival, quedó rematada en el XVI con las trazas de la primera catedral gótica española.
San Juan de la Cruz
Ayuntamiento de Ávila
Basílica de San Vicente: templo erigido entre los siglos XI y XIV, conserva la portada oeste en impecable traza románica dando paso a un edificio pletórico de ese estilo.
Puerta del Alcázar, o del Mercado Grande, fue la primera que se construyó junto con la Puerta del San Vicente, son las más robustas y protegidas ya que era la zona que menos protección natural tenía.
Convento de Santa Teresa.
Teresa de Cepeda y Ahumada, o Santa Teresa de Jesús o simplemente Teresa de Ávila (Ávila, 28 de marzo de 1515 – Alba de Tormes,4 de octubre de 1582), fue una religiosa, doctora de la Iglesia Católica, mística y escritora española, fundadora de las carmelitas descalzas.
Cultivó además la poesía lírico-religiosa. Llevada de su entusiasmo, se sujetó menos que cuantos cultivaron dicho género a la imitación de los libros sagrados, apareciendo, por tanto, más original. Sus versos son de estilo ardiente y apasionado, como nacido del amor ideal en que se abrasaba Teresa, amor que era en ella fuente inagotable de mística poesía.