Cuando comimos lo último que vimos fue la Iglesia de San Martín Pinario. Comenzó a construirse en el último tercio del siglo XVI y finalizó dos siglos más tarde, a finales del XVIII. A mediados del siglo XIX dejó de ser monasterio y, en la actualidad, es la sede del Seminario Mayor de la Archidiócesis de Santiago, del Instituto Teológico Compostelano y de la Escuela Universitaria de Trabajo Social, dependiente de la Univesidad de Santiago, y del Archivo Diocesano.
El monasterio es, junto con la Catedral, el conjunto más valioso del barroco gallego, y el segundo más grande de España, después del de El Escorial (Madrid).
El monasterio fue fundado por un grupo de monjes benedictinos, que poco después del descubrimiento de los restos del Apóstol se establecieron en un lugar llamado Pignario, próximo a la capilla de la Corticela (hoy integrada dentro de la Catedral, y a la que se accede por la puerta de Azabachería). El nombre de Pignario viene de los pinos que había en este lugar donde los monjes fundaron su primera capilla en el siglo XI. La agrupación inicia su mayor desarrollo en el año 1494, cuando pasa a depender de la congregación de Valladolid, cinco años antes de que los Reyes Católicos fundasen, en 1499, el Hospital Real, hoy Parador Hostal de los Reyes Católico. Hasta finales del siglo XVI los monjes adquieren la riqueza suficiente para iniciar la construcción del monasterio, cuyas obras comenzaron por la iglesia.