Ir al sambódromo sin ser carnaval pierde la gracia, mas no deja de ser interesante imaginar cómo se pone en sus días de máximo esplendor, imaginar las escuelas de samba desfilando por esos 500 m. en donde el colorido, la música, la samba y toda la multitud esperando ese momento debe de ser una inmensa alegría. Imagino que como en Fallas todos los valencianos esperando ese momento llenos de felicidad.
Por lo visto antes cuando llegaban estas fiestas la ciudad carioca se colapsaba y el arquitecto Oscar Niemeyer planificó el espacio para así no hubiera tanto problema de circulación.
Os dejo el horario por si queréis ir :-)
No me resisto a colocar una foto aunque no sea mía del sambódromo en plena ebullición, se respira alegría viendo la foto. (foto tomada de la pág. http://datodehoy.com/wp-content/uploads/2015/08/rio10_0.jpg)