Agua, agua y más agua
Antes de salir de España ya sabía que había llovido mucho, la casa está en un camino, se puede decir, que rural, yo creía que no iba a haber problemas, pues con un todo terreno no había camino malo que se resistiera. Cuando me recogió e íbamos para la casa ya veía que el camino estaba feo, más feo que lo que me imaginaba y un todoterreno sin ser 4x4 en ese camino ya era poca cosa y en caso de quedarse atascada ¿quién nos iba a echar una mano a altas horas de la madrugada? Ese día y otros que no llovía pudimos pasear por Río Grande y Cassino, pero otros nos quedamos incomunicadas por el mal estado de la carretera. Pasar con el coche en ese estado era machacarlo. Lo bueno de la historia es que ahí aprendí a hacer pan, un pan que salía cada día mejor.
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