La primera vez que vimos la iglesia estaba cerrada, pero a la vuelta la pudimos visitar, y es que merece la pena. Fue edificada en el siglo XIII, tras la conquista del Valle Alto del Guadalquivir por Fernando III (capitulación de Baeza: 1227) y forma parte como tantos edificios del conjunto monumental renacentista de Baeza, que junto con el de Úbeda, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2003.
En el interior había unas pinturas muy deterioradas pero interesantes pertenecientes a los siglos XV y XVI. Como estábamos en semana santa los santos también fueron protagonistas.